José María Mesalles, representante de Samuel Etoo, se desplazó ayer a Milán para poner las bases definitivas del contrato que ha de unir al ariete camerunés con el campeón de Italia. Llegó por la tarde y se reunió de inmediato con el representante del Inter encargado de llevar el tema: Marco Branca.
Todo marchó por buen camino, hasta el punto que Massimo Moratti, gran jefe del equipo del Palazzo Durini, se mostraba optimista al máximo: “Etoo será nuestro”. La confianza era total en la entidad nerazzurra para atar a un jugador al que su capitán, Javier Zanetti, ya piropea: “Si se va Ibrahimovic, Etoo es igual o mejor que él”.
Cerrada la cumbre con el sí de las dos partes más cerca que nunca y con Ibrahimovic esperando desde Estados Unidos la llamada que le diera vía libre para escribir su nombre en la camiseta azulgrana y poner rumbo a la ciudad Condal, Mesalles se despidió de Branca con la promesa de seguir hablando hoy.
Pero el destino del agente de Etoo no era su hotel para analizar la situación. Mesalles compartió mesa y mantel con el gran enemigo deportivo de Moratti y del Inter: Adriano Galliani, administrador delegado del Milan.
La buena relación que mantienen no quita ni un ápice de morbo a esa cena cuando se da casi por hecho que Etoo será jugador interista. El nombre del camerunés ha estado en la agenda rossonera y Etoo tiene un enorme enfado con Laporta.
El aún ariete del Barça no entiende que se haya hablado de un contrato con el Inter de cuatro años cuando él quiere cinco. Y a lo que no está dispuesto es a renunciar a recibir los 50 millones de euros con los que cuenta para el que será su último gran contrato. Hoy Etoo debe ser del Inter, pero...
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