miércoles, 12 de agosto de 2009

Cesc ya tiene precio


El último día de la gira del Barcelona por los Estados Unidos, antes de tomar el vuelo de regreso a casa, Txiki Begiristain anunciaba que “podemos tener a Cesc si decidimos invertir mucho dinero en su contratación, pero aún no hemos preguntado al Arsenal por él”. Pues bien. El Barça ya ha preguntado y se ha dirigido directamente a los ‘gunners’ para pedir precio por el de Arenys. Y sí. Una vez más Begiristain estaba en lo cierto. Va hacer falta mucho dinero para traer al chaval que se formó en la cantera del Barça de regreso a Barcelona. Tanto dinero como 45 millones de euros. Ese es el precio que ha pedido Arsène Wenger para empezar a negociar.

A día de hoy, las posturas están tan distanciadas entre las dos partes que nada hace suponer que se pueda llegar a un acuerdo en el plazo de una semana. Porque esa es otra. El Barça trabaja contra el crono y el Arsenal, tal y como hizo el Shaktar con Chygrynskiy trabaja a favor de obra. El equipo inglés inicia el próximo martes 18 su participación en la Champions Legue en Celtic Park. Es decir, que las cosas han cambiado mucho en siete días, o Cesc estará ese día en Glasgow jugándose el pase del equipo inglés a la fase de grupos de la máxima competición internacional. Y si juega, ni que sea un minuto de ese partido, el tan ansiado pase del catalán al club de su vida quedará para nueva ocasión.

A lo que se refería Begiristain con la frase “mucho dinero” en San Francisco eran 30 millones de euros. Una cantidad que queda muy lejos de los 45 que ayer puso el Arsenal como condición para sentarse a negociar.

El acuerdo con el jugador no sería un problema y eso es una baza que jugaría a favor del Barcelona, pero no sería una cosa sencilla que el catalán se declarara en rebeldía ante su club actual. Cesc sabe que Wenger es un hombre importante en su vida y no piensa dejarle en la estacada. Además, también sabe que su llegada al Barcelona es una cuestión de tiempo. Con las elecciones barcelonistas a la vuelta de la esquina, Fàbregas es consciente que el próximo abril será la pieza más codiciada de cualquier candidatura que aspire a ganar los comicios.

La junta directiva actual del equipo barcelonista tiene ante sí una interesante disyuntiva. Por una parte, saben que la llegada de Cesc supondría un refuerzo destacadísimo para el club blaugrana. Se trata de un jugador que no necesitaría de un periodo de adaptación, pues está formado en la cantera del Barça, conoce a los jugadores (pasó su infancia deportiva jugando al lado de Piqué y Messi desde que eran cadetes) y tiene una gran relación con el resto de internacionales del Barça y Pep Guardiola siempre fue su ídolo. Eso, dejando aparte que su fichaje supondría desactivar la principal baza electoral de las elecciones que se avecinan.

No obstante, esta junta ha querido mandar siempre el mensaje de que todo no puede hacerse a cualquier precio. Mejorar una plantilla que ha ganado el triplete no es fácil. Según la secretaría técnica barcelonista, eso sólo puede hacerse de dos maneras: O bien incorporando jugadores de contrastada fama mundial como Ibrahimovic que justifican una inversión espectacular, o bien reforzando la base con suplentes de garantías que es la opción que se ha tomado con Maxwell.

En medio, hay una serie de grandes jugadores por los que el Barcelona no siente la necesidad de pagar las cantidades que les piden. Consideran desde el club blaugrana que esta manera de actuar responde a un mercado sobredimensionado y si bien es cierto que interesan jugadores como Villa, Mascherano, Chygrynskiy o el propio Cesc, Laporta no parece dispuesto a pagar por ellos cantidades que están por encima de las posibilidades del club blaugrana. Simplemente, después de ganar el triplete, el Barça no tiene la urgencia de acometer estas operaciones. Otras cosa sería si el club blaugrana hubiera protagonizado una última campaña como la que llevó a cabo el Real Madrid.

Así pues, si en centrocampista catalán no se planta y lucha como ha hecho Xabi Alonso o el Arsenal no cambia súbitamente su estrategia, parece difícil que el internacional español recale este verano en el Camp Nou. Más que nada, porque el Barça, a día de hoy, no parece dispuesto a mejorar su oferta más allá de los 30 millones de euros. Por lo tanto, una vez cerrada la vía de actuación por jugadores como Mascherano (de un precio similar o superior incluso al de Cesc) o el central ucraniano, lo más factible es que se abra la opción de reforzar el equipo por la parte baja, llenado el banquillo de suplentes de garantías ya que la plantilla no ha crecido y a Guardiola le siguen faltando jugadores para tener una plantilla más amplia con la que pueda hacer más rotaciones.

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