"Madrid, cabrón, saluda al campeón", gritaban los 500 culés que disfrutaron a lo grande en la esquina del cuarto anfiteatro tras el segundo gol de Pedro. Luego, muchos se acordaron de Boluda: "Eo, eo, eo, esto es un chorreo". Y para rematar, cuando el partido agonizaba un mensajito pensando en la final de Champions: "El 22 de mayo, volvemos a Madrid".
Pero ahí no quedó la cosa. Cuando Mejuto pitó el final del partido, los futbolistas del Barça hicieron una piña en el centro del campo y botaron sintiéndose campeones. Aún faltan siete jornadas para que el campeonato acabe, pero los azulgranas tienen que fallar dos veces y tan seguros están de sí mismos que celebraron por adelantado la que puede ser su vigésima Liga. Puños en alto, con la mirada puesta en lo alto del Bernabéu, los Piqué, Puyol, Xavi y Messi festejaron un triunfo que les pone el título en bandeja de plata.
Al otro lado, el silencio del Bernabéu. Muchos asientos vacíos desde cinco minutos antes de que acabara el partido y la sensación de fracaso en una temporada en blanco después de 250 millones de euros invertidos en los mejores futbolistas que había en el mercado. Y lo que es peor, la indiferencia de muchos sabedores que la era del Barça no ha hecho más que empezar. "Ya sólo nos falta que ganen aquí la Champions para rematar la temporada", mascullaba un aficionado saliendo del estadio. Pues, visto lo visto, tiene pinta de que va a ser otro annus horribilis para el madridismo.
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