El equipo azulgrana pasó más apuros de lo esperado ante un rival que, como viene siendo tradición en las últimas temporadas (0-0 hace tres años, 2-2 hace dos y 1-2 el pasado), plantó cara en el Camp Nou. Si alguien pensaba que el Barça golearía a su rival ciudadano, estaba equivocado. El Espanyol llegaba como víctima propicia después de haber encajado dos derrotas por 4-0 consecutivas -ante Atlético y Racing-, y de verse debilitado por las lesiones de varios de sus puntales (Moisés, De la Peña, Tamudo y David García). Pero, aunque suene a tópico, un derby siempre es un derby, y ni siquiera estos condicionantes pueden tenerse en cuenta.
El Barça ganó sin poder contar con el mejor futbolista del planeta. Leo Messi ofreció el Balón de Oro a su afición desde el césped en los prolegómenos, pero no pudo hacerlo vestido de corto, como a él, y a todos los culés, les hubiera gustado. El argentino fue baja a causa del esguince de tobillo que sufrió el miércoles ante el Dinamo de Kiev, en la Champions. Y su ausencia se notó en el césped. Y no porque el 'tridente' de anoche lo hiciera mal -Pedro, Ibrahimovic y Henry lo intentaron todo en ataque-, sino porque les llegaron pocos balones con opciones de peligro.
Los de Pochettino supieron maniatar a su rival sin incurrir en el juego duro, cerrando bien espacios y no dando el más mínimo margen de maniobra a los cerebros azulgranas -esta vez Touré, Xavi e Iniesta-, con marcajes individuales por casi todo el campo. Pero, a pesar de ello, como casi siempre, quien llevó el peso del juego fue el Barça.
Dijo esta semana el entrenador madridista, Manuel Pellegrini, que si su equipo jugara con el estilo del Barça el público del Bernabéu silbaría. Quizás, aunque lo intentara, no lo conseguiría. Porque es único, inimitable y ningún otro equipo lo ha podido aplicar. En cambio, el Barça, sí sabe ganar usando la receta del Madrid cuando no queda otro remedio. Eso es lo que pasó ante el Espanyol. Sin estar inspirados ni rendir, ni de lejos, a su mejor nivel, los de Pep Guardiola se llevaron los tres puntos, aunque fuera de penalty y con menos facilidad de lo esperado.
El Espanyol, herido tras sus últimos batacazos, supo defenderse bien y, cuando pudo, fue valiente y atrevido: Coro, en la primera acción tras sacar de centro, remató alto ante Valdés, que luego se lució en desviando otro trallazo de Verdú, en el 14'. El Barça, a pesar de su dominio, apenas inquietó un par de veces a Kameni antes del descanso. La primera, en el 13', cuando el meta camerunés se lució desviando un chut de Pedro en el área. Y la segunda, en el 17', cuando desbarató otro disparo de Henry tras una asitencia mágica de 'Ibra'.
Ibrahimovic, más 'pichichi'El delantero sueco luchó hasta la extenuación, moviéndose por todas las posiciones de ataque, encarándose con sus marcadores -vio la amarilla por discutir con Chica-, y buscando el gol con ahínco. Al final lo logró, aunque fuera de penalty. Iturralde González decretó pena máxima por un agarrón de Baena a Xavi. El jugador españolista tiró de la camiseta al '6' azulgrana en el área. E 'Ibra' lo transormó en gol, colando el balón con un potentísimo disparo que se coló por la escuadra (1-0, 39'). Ya lleva once en la Liga...
El Barça supo rentabilizar al máximo el tanto. En la segunda mitad, acusó el cansancio y se vio obligado a soltar el pie del acelerador. El Espanyol se creció, y al Barça le costó poner en aprietos a Kameni. 'Ibra', en el 53', no llegó por muy poco a un centro de Alves. Piqué, en el 77', cabeceó alto un saque de esquina. Y, con el tiempo cumplido, Henry cabeceó alto otro gran centro del brasileño. Eso fue todo.
El Espanyol llegó a meter por momentos el miedo en el cuerpo de los azulgranas, pero ni Iván Alonso (51') ni Javi Márquez (61') estuvieron inspirados. Al final, el Barça se llevó los tres puntos y podrá viajar esta semana a Abu Dhabi habiendo cumplido en la Liga. Su liderato sigue siendo intocable a pesar del triunfo del Madrid en Valencia. Los blancos siguen segundos, a cinco puntos...