Fue la puesta en escena de dos estilos radicalmente distintos. Cantera contra cartera. El Barça, con siete jugadores formados en La Masia en su once, contra el Madrid de los 250 millones de euros en fichajes, con sólo un representante de la casa: Iker Casillas. La apuesta por una misma forma de jugar desde hace 20 años, alegre, ofensiva, de juego por las bandas y al primer toque de los azulgranas, contra la de un rival forjado a base de talonario, y que fía toda su suerte en la inspiración y la increíble pegada de sus estrellas. Kaká, Cristiano son peligrosísimos al contragolpe.
Podrá gustar más un estilo u otro. Se podrá debatir sobre los méritos de ambos. Pero lo que es innegable es que, a día de hoy, la igualdad es máxima. El Madrid juega peor, sí. Pero visto lo visto anoche en el Camp Nou, todo hace pensar que dará guerra hasta el final en la Liga.
El Barça se sobrepuso a lo grande a la desgracia vivida sólo una semana antes. Empate en Bilbao, pérdida del liderato en la Liga, lesiones de Ibrahimovic y Messi, Champions en peligro... Se llegó a dudar de los hombres de Pep Guardiola. Craso error, porque su respuesta a la adversidad ha sido contundente: recital ante el Inter y triunfo ante el Madrid.
Ni siquiera la intensa lluvia caída en las horas previas sobre la capital catalana amedrentó a la siempre fiel hinchada culé. El Camp Nou registró su mejor entrada de la temporada -97.131 espectadores-, y cientos de millones de personas repartidos por los cinco continentes pudieron verlo por televisión. Valió la pena, sin duda, porque el duelo, a cara de perro, fue un toma y daca de los crean afición.
La emoción y la intensidad fueron máximas en todo momento. Al final, Messi, recuperado de su lesión en el abductor izquierdo, fue titular, mientras que Ibra -providencial en la reanudación- empezó en el banquillo. Así, el 'tridente' ofensivo lo integraron Iniesta, Messi y Henry. El Barça presionó a su rival como siempre, moviendo el balón con soltura, pero le faltó chispa en ataque. Sus dos primeros avisos llegaron por mediación de Xavi. Primero, con un disparo desde unos 25 metros que se fue alto por poco. Y, poco después, plantándose solo ante Casillas, que se le anticipó por muy poco.
Pero el duelo de porteros se decantó claramente a favor de Víctor Valdés. El meta barcelonista estuvo providencial y evitó el 0-1 desviando con el pie a córner un remate a bocajarro de Cristiano Ronaldo, que se quedó solo ante él tras recibir una magnífica asistencia de Kaká (20'). Apenas un minuto después se repitió la historia, cuando llegó poco antes que el brasileño en un mano a mano tras una pérdida de balón en la media.
Fueron momentos de zozobra para el Barça, que no acabó de encontrar su mejor tono hasta después del descanso. Con Messi Xavi e Iniesta bien tapados -el manchego, harto, protagonizó un gesto insólito al pedir a Cristiano Ronaldo que se callara por sus reiteradas protestas-, los de Guardiola se mostraron algo imprecisos y sus pérdidas de balón en la media propiciaron algunas peligrosas contras de su rival.
Entra 'Ibra', gana el Barça
Pero la entrada de Ibrahimovic en la segunda mitad resultó decisiva. El sueco, aclamado como un héroe por el público nada más entrar en el campo, sustituyendo a un apagado Henry en el 51', y apenas cuatro minutos después marcó el tanto del triunfo. Alves sirvió un centro desde la derecha e 'Ibra', con un desmarque sól oa la altura de los grandes 'cracks', 'fusiló' a Casillas con un imparable zurdazo a bocajarro.
El Barça supo resistir las embestidas de un Madrid que buscó el gol con insistencia. Pero no pudo con el Barça a pesar de que los azulgranas se quedaron con diez desde el 62' por expulsión de Sergio Busquets, que vio la segunda cartulina amarilla por interceptar con la mano un pase de Marcelo.
