En todos los años que Laporta lleva como presidente del Barça nunca había esperado hasta mediados de julio para anunciar la primera contratación. El triplete y la tri-tranquilidad de la que hablaba Laporta han provocado que se hayan tomado las negociaciones de los fichajes para la nueva temporada con una parsimonia asombrosa.
Guardiola ha reconocido que quiere a los fichajes para el primer día de la pretemporada, por lo que no es de extrañar que la secretaría técnica haya desechado la opción Filipe para centrarse en la contratación del lateral izquierdo del Inter. Maxwell llega al Camp Nou para competir con Abidal por un puesto en el once inicial.
Si Laporta está dispuesto a satisfacer a Guardiola los fichajes deberían sucederse en los próximos días, antes de que el equipo vuelva a los entrenamientos el lunes 20 de julio. Por lo tanto, la contratación del delantero debería producirse esta semana. Villa ó Forlán, ese es el dilema del que pronto sabremos la solución. Si el Valencia no rebaja sus pretensiones los catalanes irán decididamente a por el charrúa, a quien su padre sueña con ver vestido de blaugrana.
El otro puesto que Guardiola ha solicitado que se refuerce es el mediocentro, debido a las ausencias de Keita y Touré durante más de un mes por culpa de la Copa África que se disputará a comienzos de 2010. Al parecer, el preferido por Guardiola es Mascherano, pero el Liverpool se niega a venderlo, por lo que el Barcelona debería fijarse en otros objetivos. Si hacemos caso a la afición, los culés deberían contratar a Cesc, en lo que sería el regreso del hijo pródigo al igual que sucedió el pasado verano con Gerard Piqué.
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